Entrevista a Dr. Adrián Edelcopp, médico infectólogo en Hospital del Milagro de Salta

 

Es médico de infectología y jefe de la residencia de formación en infectología del Hospital del Milagro.

 

Condiciones de entrevista:

Se realiza durante la mañana en horario de atención hospitalaria en la oficina administrativa del área de consultorios de atención a pacientes con hiv del Hospital del Milagro. En el momento que se desarrolla la entrevista están todos los consultorios ocupados por lo que el médico dispone del tiempo para la misma, sin posibilidad de atender pacientes. Previo a la entrevista se la propone mediante nota al entrevistado, quien accede con cordialidad.

Se presenta el contexto institucional y programático en el que se desarrolla la entrevista. El entrevistador en representación del programa se presenta como usuario del servicio de salud del hospital y presenta los objetivos generales de la entrevista y explica que se toma conocimiento de la existencia de la residencia en infectología a partir de datos del Programa de HIV – Sida y ETS de la provincia.  

 

Dr. Adrián Edelcopp.

Comienza aclarando que atiende pacientes y además es médico de la especialidad. Se desarrolla en la sala de administración de los consultorios de infectología del Hospital del Milagro, por la mañana.

1.- Sobre su trayectoria particular.

Soy entrerriano, estudié medicina en Córdoba en la Universidad Nacional. Conocí allí a mi señor que es salteña. En 2003 terminé mi residencia en clínica médica en Paraná, y mi opción era seguir haciendo una especialidad dentro del área clínica. Las posibilidades en Salta eran neurología, nefrología, infectología, gastroenterología; y entre todas esas especialidades opté por la infectología y sobre todo la problemática del VIH. Terminé mi residencia de tres años aquí en el hospital y fui a devolver mi cuarto año en Cafayate donde estuve doce años. Ahí me desempeñé como personal asistente médico, hasta gerente sanitario. Finalmente salió la oportunidad de rendir el concurso aquí para instructor y desde hace seis años me encuentro en este hospital donde me formé como infectólogo.


2.- A cerca del funcionamiento de la residencia de infectología

La residencia se creó en un mes de mayo de hace 20 años, en el 2000. Tiene un cupo de dos personas por año para formarse. En los últimos tiempos hay menos interés de optar por Infectología en la formación, en parte porque a veces se desconoce la oferta de la residencia y porque tal vez no resulta atractiva en lo económico, porque es clínica; y el [médico] clínico hace asistencia en consultorio en el hospital.

Infectología acá es VIH en manejo de pacientes que conviven con él. Es decir, la formación es en torno a personas que viven con el virus, y todo el campo infectológico: enfermedades tropicales, control de infecciones y otro tipo de inmunodeprimidos. Es un campo y una formación amplios. También se ve tuberculosis. Cuenta con un Programa y sala específicos en el hospital, por la conexión que hay entre VIH y tuberculosis. 

3.- ¿En qué año empezó en la residencia y cuántos residentes se formaron en el tiempo que usted está en la jefatura? ¿Como se llega?

Por concurso, se llega a la jefatura de la residencia. Ahora cumplo mi sexto y último año de instructor. Actualmente se rinde en forma simultánea en todo el país. Hay tres concursos por año, aunque la pandemia modificó el tema de los tiempos en que se cumplen los cargos. El requisito para ingresar es tener dos años de práctica de clínica médica y dos años de medicina familiar. Cuando se gana el concurso se accede a una beca provincial como retribución hasta que se termina el ciclo. Son tres años de instrucción y un cuarto año de devolución a la provincia. Es la provincia la que se hace cargo de la beca.

 

El tiempo de desempeño como instructor al frente de la residencia son tres años, ciclo tras el cual hay que rendir un concurso para renovar. Cuando uno está seis años en un lugar de formación de personas, llega un momento donde hay una necesidad de renovar expectativas e ideas y es positivo que haya aireamiento de ideas sobre todo en formación. Las nuevas ideas traen otros ímpetus y otras experiencias.

 

En seis años se formaron [tan solo] siete residentes. Todos fueron absorbidos por la provincia.
1.- Dra. García en el hospital San Bernardo.
2 y 3.- Dra. Guzmán y el Dr. Bonnal están aquí en el hospital del Milagro.
4 y 5.- La Dra. Iñigo y la Dra. Costa (verificar nombre)

Ellos cinco se encuentran en el cuarto año, el de devolución; y fueron absorbidos por la provincia. En primer año empezando la residencia está el 6.- el Dr. Cruz; y en el tercer año la Dra. Lumi.

La “devolución” es un contrato que se establece cuando se ingresa a la residencia. Contempla que en el cuatro año, luego de los tres implicados en la formación, la provincia puede destinar al residente a cualquier parte del territorio provincial donde haga falta para su desempeño. No es voluntario y lo destina la provincia. Durante la residencia se recibe como retribución una beca y en el cuarto año la misma se transforma en un contrato. Sin embargo, luego del cuarto año no hay garantía que el residente sea absorbido como personal de la provincia. Es decir que se forma gente y no se garantiza luego que sea absorbida por la provincia. No obstante, el criterio de formar especialistas es porque hay una necesidad, que luego no es cubierta si no se absorbe al especialista.

El Dr. Bonnal fue el primer residente que egresó del ciclo de formación desde que empecé como Jefe de residencia, luego de la jefatura del Dr. Décima.

 

4.- ¿Desde su visión particular qué perfil se busca en la formación del residente?

Hay patologías que no tenemos. No hacemos trasplantes, por ejemplo. Nos abocamos al paciente que convive con VIH. Luego el control de infecciones tropicales. Esta residencia se hizo a partir de la necesidad del manejo de patología tropicales. Cuando apareció el tema del VIH hubo alta demanda y surgió la actual dinámica de formación.

Las personas trasplantadas son inmunodeprimidas para evitar el rechazo del injerto.

Esa área que le corresponde ver al infectólogos no la tenemos en esta formación. Quien se interese en esa formación tiene la oportunidad de completarla en la etapa de rotación. Se puede verla en el [hospital] Italiano, en el Austral, o en el interior de Córdoba. También en el exterior del país, que es otra de las posibilidades de la rotación.

 

5.- ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles en la formación de los residentes, que pudo ver en su trayectoria? Considerando que se trata de médicos jóvenes que ingresan a un sistema de salud que en general desconocen.

Como punto fuerte voy a decir que quienes eligen la especialidad de infectología, saben cuáles son los objetivos de esta y cuál su propia perspectiva. Claro que a medida que van avanzando en su formación se van dando cuenta cuales son las limitaciones y fortalezas del lugar donde van a desarrollar el trabajo. Saben de entrada que no se garantiza una continuidad laboral; y que infectología no es una especialidad que haga práctica, donde hay mayor rentabilidad económica. Pasó que hay gente que ha ingresado y dejó por otra especialidad, porque no es la perspectiva que deseaban.

Pienso que las debilidades son la formación previa que tienen las personas a la hora de encarar la especialidad. Esa formación previa se ha visto que es deficitaria. Quienes han tenido la suerte de formarse vienen con otra fortaleza respecto del manejo de pacientes que es un tema complejo. Lo que habitualmente manejan [los residentes en sus prácticas previas a esta residencia] son pacientes que están internados. Aquí, los pacientes que llegan a la internación son inmunodeprimidos severos con muchas morbilidades, con muchas patologías y en estados avanzados de la enfermedad. Son pacientes de difícil manejo.

Los médicos practicantes infectólogos hacen mucho consultorio, interconsultas o control de infecciones; donde no es la asistencia directa del paciente [la actividad principal], salvo en consultorio. Entonces lo que ellos ven en sala, que es en su primer y segundo año, sobre todo en el primero, es la parte más pesada de su formación porque tienen que estar constantemente lidiando con enfermedades de pacientes críticos y a su vez con muchos problemas sociales, también. Son pacientes que sufren adicciones, o no tienen contención familiar, que no tienen un medio social adecuado. [Estas condiciones] dificultan mucho el objetivo de tratar de aliviarlos y en lo posible de curar una enfermedad determinada.

 

6.- ¿Puede referirse al carácter multidisciplinario que aparece en la teoría respecto de la atención? Tenemos la impresión de que no se refleja con eficiencia en el hospital. Finalmente nos interesa su visión sobre la “adherencia”.

El manejo de pacientes que conviven con VIH y sobre todo el que está internado, y más si es una internación en situación crítica, es de hecho multidisciplinario. Interviene psicología, quienes ven la parte de boca y dentadura, el manejo clínico infectológico, gastroenterología. De hecho, el paciente tiene muchas cormobilidades, muchas enfermedades subcutáneas oportunistas. También [debe intervenir] el manejo de la cuestión ética porque muchas veces estos pacientes llegan en etapas muy terminales de su enfermedad, asociados con enfermedades oncológicas y degenerativas, que lo degradan desde lo neurológico y desde la función cerebral. El paciente puede pasar seis meses en una cama sin movilidad, y si no tiene apoyo familiar la situación es muy crítica.

Hay un servicio de psicología en el hospital. No son partes del programa, entre comillas, porque hay personas que están abocadas al paciente en esta situación, que pasan por la sala, que pertenecen al programa de psicología [y le dedican muchísimo tiempo a la sala]. Al igual que el gastroenterólogo, no pertenece a la sala.

Como en todo hospital, se usa el servicio de salud del hospital. Es lo mismo que uno pretendiera que en una sala de traumatología donde hay muchas infecciones esté un clínico y un infectólogo todo el tiempo. No estaría mal, pero [aquí] la demanda se trata así. Sin embargo, algunas personas de forma voluntaria prestan un servicio de forma más directa en la sala. Porque tienen manejos de esos pacientes, por sensibilidad particular. Pero no es que tenemos un psicólogo desinado exclusivamente a la sala.

 

 7.- ¿Como se produce el contacto de ese paciente que requiere el psicólogo, mediante una derivación, el paciente debe ir a buscarlo?

El psicólogo viene a la sala y durante la guardia vistan a los pacientes también. En los casos en que no hay internación uno [el médico] lo deriva al paciente a que haga entrevista con el psicólogo del ámbito hospitalario. Muchas veces estos pacientes no solo requieren temas del ámbito psicológico sino también del psiquiátrico, por depresiones o adicciones. Antes había un centro que se dedicaba a los pacientes que quedó un poco desarmado por el tema del COVID.

 

8.- Adherencia

Sobre la adherencia hay que decir que es una cuestión que depende de muchos factores: lo social, la autopercepción, la accesibilidad a los medios sanitarios, y sobre todo la cuestión médico - paciente y el propio compromiso del paciente con su medicación. Se puede hablar desde cuantos comprimidos el paciente deja de tomar en una semana y cuantos toma, si se logra la carga viral indetectable o no, que es una forma de medir si el paciente es adherente o no. Pero sobre todo por la percepción que tiene el paciente de su realidad, de aceptarla y de hacerse cargo de esa situación y que sea una potestad de esa adherencia. Muchas veces uno espera que la toma del medicamento venga desde el afuera cuando en realidad es la persona la que tiene que comprometerse con su propia salud para poder lograr el objetivo de la carga viral indetectable y la mejoría inmunológica del paciente. Nosotros lo podemos medir en la carga viral. Si [la condición de indetectable] se logra en un plazo de seis meses, es porque el paciente está tomando bien la mediación. Existen otros factores sobre temas medicamentosos, cuestiones asociadas al medicamento, varios factores, pero si habitualmente el paciente dice que toma bien los medicamentos, uno trata de creerle y la forma de medirlo es a través de la carga viral.

 

9.- ¿Existe un programa desarrollado y escrito de tipo académico para la formación de los residentes?

Sí, cuando uno se inscribe como postulante para el puesto de instructor debe elaborar un proyecto oportunamente. No sé si es de carácter público, pero sí se puede conocer el que yo elaboré.


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